| MAY 052016 Si bien, el arquetipo del equipo del pueblo que logra alcanzar metas y reconocimiento es un trilladísimo cliché que emociona al espectador, al televidente, al cinéfilo o al lector, su extrapolación hacia todos los ámbitos de la vida humana, no es fácil. La lucha contra los obstáculos cotidianos difumina la euforia rápidamente al abandonar el estadio, al apagar la pantalla o al cerrar el periódico. Es plausible materializar el sueño si analizamos debidamente los factores de éxito de los ganadores, estudiar las biografías y las condiciones en las que el triunfo florece pródigamente. Lo humano engrandece en la medida en la cual éste trasciende sus limitaciones, pero también en cuanto aprovecha sus fortalezas y oportunidades. Por ejemplo, en el caso de éxito del Leicester, está presente un plantel comprometido, estable, capaz en la cancha, moderado y discreto en su vida privada, ejemplar y competitivo. Asimismo, un entrenador experimentado, sagaz y conocedor, a la par que motivador del equipo al que lidera. También hay una afición creciente que le respaldó en su rampante carrera, ya que se sintió identificada con un equipo que transitó de la cotidianeidad a la gloria por méritos propios. Aunado a lo anterior, se contó con una administración honesta y transparente, que aunque brindó beneficios a los accionistas, generó múltiples e inequívocos gestos de responsabilidad social empresarial y manifiestas posibilidades de que el esfuerzo construido desde lo local brillase, en el que los jugadores aficionados pudieron reflejar sus aspiraciones legítimas soñando llegar en algún momento, mediante su talento y disciplina, defender la camiseta de la tierra que los vio nacer. Cruzando el Océano Atlántico y el Lago de Cuitzeo, ¿tenemos las condiciones para escribir una historia de ensueño en nuestro futbol profesional de la localidad? ¿Contamos con ellas en la disciplina deportiva que practicamos, en nuestra empresa en nuestra familia? y ¿tenemos la capacidad de transformar aquellos aspectos de nuestras vidas en los que estamos efectivamente en Tercera División y convertirlos en sustento de nuestra excelencia? Sin duda, todos tenemos posibilidades de transformar mediante esfuerzo denodado nuestro destino manifiesto; el deporte, como representación de la existencia humana, nos permite ver resultados prontos de la vigencia del axioma que recita que el trabajo todo lo vence y al respecto, ahora el Leicester nos brinda una lección asequible para todos los seres humanos. Pongamos manos a la obra. Sus comentarios son bienvenidos en erik.aviles@gmail.com y en Twitter en @Erik_Aviles |